Mientras estoy en mi departamento, vocalizo, canto un poco y aprovecho para ordenar un poco.

Los platos sucios de la comida de ayer me esperan en la bacha. Vocalizo y los lavo.
Un pantalón tirado en el piso que usé ayer. Vocalizo, lo levanto, lo pliego doblo y guardo en el placard (¿tendría que lavarlo ya? ¿cada cuánto?); vocalizo y ordeno.

Vocalizo, canto, y hago todo eso, a la vez. Entonces,
¿Quién dijo que no se pueden hacer más de dos cosas a la vez?
He ahí en ese testimonio, la prueba.

Cuestión, que de a poco me estoy ordenando. Hace ya un tiempo que venía caótico, desordenado (leer Cómo salir del Caos, de este autor, en Medium. Disclaimer, el escrito no aclara el cómo, esta entrada pretende seguir explorando el tema).

¿Cómo empieza el desorden?

En eso pensaba, mientras ordenaba recién. Observaba que cualquier pequeño gesto, o acto, por pequeño que parezca, importa. Cada decisión, cada segundo de pensamiento y de acción. No lo pienses mucho que es para volverse loke.

Porque ese pantalón desdoblado que me espera en el sillón puede ser la chispa que encienda el fuego del caos; me da paja guardarlo entonces, la próxima prenda de ropa, lejos de ser ordenada, seguirá el camino y ejemplo de esas otras arrugas que me miran desde el sillón: se acumularán y ya serán dos, tres, las que vengan.

Y de repente, o después de un tiempo, sin darte cuenta, toda tu habitación llena de ropa sucia arrugada y sin ordenar.

Miro la cama; deshecha, revueltas las sábanas de cómo quedaron cuando me levanté. Desorden. Me molesta ver la cama así. Pero también me molesta tener que ordenarla. ¿Acciono? ¿Decido? ¿o dejo todo como está?

¿Tengo que pensarlo tanto?

¿Tenés que pensarlo tanto?

Quizás haya gente en la que la acción sea natural. La toma de decisiones, la falta de dudas, el instinto. Todo eso se entrena.

Quizás haya gente ordenada a la cual toda esta diatriba le parezca estúpida y lejana. Pero no es a eshes a quienes escribo; sino a quienes strugglean, la luchan, lo intentan.

y aunque no lo logres,
vas a poder lograrlo.
Podés lograrlo. Esto no es autoayuda ni meritocracia;

Es La Vida Misma.

En resumen

El más mínimo desorden puede derivar y terminar en Máximo Desorden.

Ahora, quiero que te preguntes:
¿qué es más fácil ordenar?

¿Un desorden mínimo o un Desorden Máximo?

Empezá ordenando, mínimamente, algo. Limpiá algo. Por pequeño que sea.

De ahí, construís.

ORDENATE.


Domingo 17 de Marzo
2024

Firmado: Marcelo Mazza.

Cómo empieza Undes Orden